Fecha: 16/10/1995
USA 1995 T.O. "A Walk in the Clouds" Director: Alfonso Arau. Producción: Zucker Brothers para Twentieth Century Fox. Música: Maurice Jarre. Intérpretes: Keanu Reeves, Aitana Sanchez-Gijón, Anthony Quínn y Giancarlo Giannini.
Alfonso Arau, aclamado director por su anterior realización "Como Agua para Chocolate", que cosechó el mayor éxito obtenido por una película extranjera en USA, es el elegido por Hollywood para llevar al cine una historia con fuerte componente mexicano, versión americana de la película neorrealista "Cuatro pasos por las nubes" de Alessandro Blasetti (Italia, 1942).
La historia transcurre en California, justo después de la Segunda Guerra Mundial. La chica, Victoria Aragón, pertenece a una familia de hacendados mexicanos dueños de unos prósperos viñedos. El chico, Paul Sutton, es un joven casado y engañado, que se hace pasar, temporalmente, por esposo de Victoria, para hacer más aceptable la noticia del embarazo de ella, a un padre intransigente con el tema de la honra familiar. El realismo mágico que nos cautivó en "Como Agua para Chocolate" se convierte en realismo artificial, y no consigue transportarnos a la pretendida magia de la historia de intransigencia y amor que se nos narra.
A pesar de su innegable belleza plástica, a veces rozando el cromo, la pasión, el entorno familiar, el escenario, la ternura, la amistad y, por fin, la tragedia, no llegan a calar en el espectador. Falta credibilidad.
Aunque anecdótico, desconciertan detalles, como que en plena helada nocturna, cuando se trata de salvar las uvas con un bello sistema de transmisión de calor, los protagonistas se encuentran, él en camiseta y ella en camisón. Por no hablar de una vendimia en la que trabajan no más de una veintena de personas y dura un día, cuando, al final, descubrimos que los vifiedos alcanzan una extensión muy superior a la que abarca la vista. Detalles de este tipo colaboran a la falta de credibilidad indicada.
Por contra, a destacar la escena en que padre y "yerno" compiten en la poda de la uva, con un acertado acompañamiento musical.
La película se deja ver sin esfuerzo y entretiene. El público ríe con Anthony Quinn y disfruta con una más que aceptable Aitana Sanchez-Gijón y un Keanu Reeves que, en esta cinta, hace perfecto honor al mote que le dio Aitana durante el rodaje, de "soso de cojones".
